Fragmento de la novela El escritor, de Azorín (1941)
domingo, 17 de marzo de 2013
Subrayado III
"Nada en suma. Absolutamente nada. Nada que se salga del carril cotidiano. La vida fluye incesable y uniforme: duermo, trabajo, discurro por Madrid, hojeo al azar un libro nuevo, torno a casa, leo de pensado, escribo bien o mal -seguramente mal-, con fervor o con desmayo. De rato en rato me tumbo en un diván y contemplo el cielo, añil o ceniza. ¿Y por qué habrá de saltar de improviso el evento impensado? Trabajemos día tras día. Trabaja tú, pintor, y trabaja tú, poeta. Lo que caiga fuera de nuestro trabajo serán efímeros episodios. Episodios placenteros o dolorosos. Pluma en mano, pluma en las cuartillas, paliemos el dolor. ¿Dónde está nuestro Leteo? En el afán diario. O acaso, a través de la obra, hacemos ese dolor más delicado".
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