viernes, 12 de abril de 2013

En la cocina

                                           Tengo en los oídos, para siempre,
                                           el rumor de la máquina de coser de mi madre. 
                                                       J. Pedroni

Después de las once de la noche
la cocina era nuestra
y en ese pequeño cuadro la recuerdo
frente a la máquina de coser sentada
mientras yo prolongaba
las tareas escolares,
lo entiendo ahora,
para estar con ella.

¿Qué cosa
que no sabe entonces
ni tampoco después
pero mantiene
por un momento a dos
como escuchándose
se desplegaba allí
lenta
en perfume o rumor o pregunta
que esperamos siempre
reencontrar cuando decimos
que algo pide en nosotros
volver a casa
o reunirse?

Aprendiendo
más que lo enseñado
y pegando
más que los retazos
ya nos dábamos tal vez
la señal de un consuelo
futuro,

pequeña insignia
en el amor bordada
para, llegado el día
en que un tiempo mayor
visita y sella
la pérdida, estuviéramos
más serenas o menos
dolidas

por si acaso
fuera cierto que nada vuelve
y es
solo la sombra
la que se hace más clara
con los años
hasta que finalmente
en una misma luz
se lleva todo.



Poema del libro Flores que prefieren abrirse sobre aguas oscuras, de Sonia Scarabelli (Bajo la Luna, 2008)

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