Fue traducido a más de 40 idiomas y su traducción al español fue: “Juan el Desgreñado” (en 1880), “Pedro el Mechudo” (en 1930), “Pedrito el Greñoso” (en 1980) y “Pedro Melenas” (en 1983).
¡Aquí está, nenes y nenas,
vean bien a Pedro Melenas!
Por no cortarse las uñas
le crecieron diez pezuñas,
y hace más de un año entero
que no ha visto al peluquero.
¡Qué horroroso! -¡Uy, qué miedo!
¡Encontrármelo, no quiero!
¿Quién ha creado este personaje?
Dr. Heinrich Hoffmann (1809-1894) para su hijo de tres años. El libro se publica en 1845. Fue una especie de libro de buenas maneras para que los niños aprendan a no comerse las uñas, a terminar de tomar la sopa, a no jugar con fuego…
"En la Navidad de 1844, buscaba un regalo para mi hijo pequeño, de tres años y medio. Quería un libro ilustrado, que correspondiese a la edad de aquel pequeño ciudadano del mundo, pero todo lo que veía no me decía nada; libros con dibujos de piratas, de animales, de sillas y de mesas. Historias largas y bobas que tras múltiples exhortos, concluían con la moraleja explícita: Los niños deben ser siempre buenos o Los niños deben ser limpios o decentes, o justos, etc.(...)
Finalmente, tomé un cuaderno en blanco y le dije a mi esposa: 'Le voy a hacer al niño el libro ilustrado que necesita'. El niño aprende viendo, le entra todo por los ojos, comprende lo que ve. No hay que hacerle advertencias morales".
Finalmente, tomé un cuaderno en blanco y le dije a mi esposa: 'Le voy a hacer al niño el libro ilustrado que necesita'. El niño aprende viendo, le entra todo por los ojos, comprende lo que ve. No hay que hacerle advertencias morales".
Y así nació Der Struwwelpeter. Pesadilla de muchos niños y niñas, incluso de mi madre.
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