miércoles, 26 de diciembre de 2012

lunes, 17 de diciembre de 2012

39

En las entrañas del verano,
como una fibra más clara,
repercute la voz del heladero.

No es la infancia que vuelve.
No es algo de dios que se ha vestido de blanco.
No es una luna en el día.

Es solo lo posible
que nos demuestra su existencia.

Lo imposible no levanta nunca la voz.


Poema del libro Séptima Poesía Vertical, de Roberto Juarroz.

domingo, 16 de diciembre de 2012

jueves, 13 de diciembre de 2012

Der Struwwelpeter

Clásico de la literatura infantil alemana: Der Struwwelpeter.

Fue traducido a más de 40 idiomas y su traducción al español fue: “Juan el Desgreñado” (en 1880), “Pedro el Mechudo” (en 1930), “Pedrito el Greñoso” (en 1980) y “Pedro Melenas” (en 1983).








¡Aquí está, nenes y nenas,
vean bien a Pedro Melenas! 
Por no cortarse las uñas 
le crecieron diez pezuñas, 
y hace más de un año entero 
que no ha visto al peluquero. 
¡Qué horroroso! -¡Uy, qué miedo! 
¡Encontrármelo, no quiero! 





¿Quién ha creado este personaje?

Dr. Heinrich Hoffmann (1809-1894) para su hijo de tres años. El libro se publica en 1845. Fue una especie de libro de buenas maneras para que los niños aprendan a no comerse las uñas, a terminar de tomar la sopa, a no jugar con fuego…

"En la Navidad de 1844, buscaba un regalo para mi hijo pequeño, de tres años y medio. Quería un libro ilustrado, que correspondiese a la edad de aquel pequeño ciudadano del mundo, pero todo lo que veía no me decía nada; libros con dibujos de piratas, de animales, de sillas y de mesas. Historias largas y bobas que tras múltiples exhortos, concluían con la moraleja explícita: Los niños deben ser siempre buenos o Los niños deben ser limpios o decentes, o justos, etc.(...)
Finalmente, tomé un cuaderno en blanco y le dije a mi esposa: 'Le voy a hacer al niño el libro ilustrado que necesita'. El niño aprende viendo, le entra todo por los ojos, comprende lo que ve. No hay que hacerle advertencias morales".

Y así nació Der Struwwelpeter. Pesadilla de muchos niños y niñas, incluso de mi madre. 






martes, 11 de diciembre de 2012

6



Hay fragmentos de palabras
adentro de todas las cosas,
como restos de una antigua siembra.

Para poder hallarlos
es preciso recuperar el balbuceo
del comienzo o el fin.
Y desde el olvido de los nombres
aprender otra vez a deletrear las palabras,
pero desde atrás de las letras.

Quizás descubramos entonces
que no es necesario completar esos fragmentos,
porque cada uno es una palabra entera,
una palabra de un lenguaje olvidado.

Y hasta es posible que encontremos en cada cosa
un texto completo,
un reservado y protegido texto
que no es preciso leer para entender.


Poema del libro Duodécima Poesía Vertical, de Roberto Juarroz (1991).

sábado, 8 de diciembre de 2012

San Martino del Carso

Vallecito del Árbol Solitario, 27 de agosto de 1916

De estas casas
no ha quedado
más que algún
pedazo de muro

De tantos
que me correspondían
no ha quedado  
ni siquiera eso

Pero en el corazón
ninguna cruz falta

Mi corazón
es el país más desgarrado



Poema de Giuseppe Ungaretti

viernes, 7 de diciembre de 2012

Canciones

11

Y esta voz es la tuya.
No sé lo que me ha dicho
–queja, pregunta o mimo–.
Está –sin ti– voz tuya
¿cómo sin tú saberlo
ha emprendido el camino
y sin que tú desates su cadena ha venido?


13

¿Por qué no sueño contigo?
Se sueña en lo que preocupa.
El sueño es pájaro y busca
atado al cabo de un hilo.

Se sueña mientras se busca.
Se busca hasta que se encuentra.
Mi pájaro libre vuela
desde mi jaula a la tuya.

Los portillos siempre abiertos
ni noche ni día cesa.
Del sueño escapa a la vela.
De la vela torna al sueño.

En todas partes te encuentra
absoluta y pertinaz.
Aquí y allí siempre estás.
Estás dormida y despierta.


18

Adentro, más adentro,
hasta encontrar en mí todas las cosas.
Afuera, más afuera,
hasta llegar a ti en todas las cosas.

Secreto panteísmo.
Mi oración es así.
Tú estás en todo
y todo en mí.



Fragmento del poema Canciones, de Gerardo Diego.